Las mujeres de hoy no quieren entender que el hombre se amarra por la boca, frase homónima de “por la boca muere el peje”. Hablarles de cocinar a algunas damas de estos tiempos, es como mencionarle la cruz al diablo. Sin embargo, el hombre cuya mujer cocina malo, evoca la comida de su vieja, y vive anhelando sentarse en la mesa a disfrutar una rica comida casera.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre sale menos de la casa.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre se la lleva de viaje con él pa’ que le haga su chaucha
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre se la lleva de viaje con él pa’ que le haga su chaucha
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre difícilmente mire la vecina buenona, que no sabe freír un tostón.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre se mete en la cocina a raspar el concón, y si alguien se lo bota, es capaz de matarse con esa persona.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre puede brincar, saltar aquí y allá, pero siempre come en su casa.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre se podría mudar adonde la querida, pero él siempre va y come en su casa.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre hasta le ayuda a fregar.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre le compra ropa sexi para que se meta en la cocina. Así, el juego podría darse a más.
Cuando la mujer cocina bueno, le puede pedir que le cambie el comedor cada seis meses y él lo hará, porque ahí es que se sienta a “matársela” comiendo.
Cuando la mujer cocina bueno, la suegra de ésta, es decir, la madre de él, va menos a la casa, porque su hijo está bien atendido.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre es más dominguero.
Cuando la mujer cocina bueno, ésta se mantiene más rebajadita, pues quema más calorías en la cocina.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre se mete en la cocina a raspar el concón, y si alguien se lo bota, es capaz de matarse con esa persona.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre puede brincar, saltar aquí y allá, pero siempre come en su casa.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre se podría mudar adonde la querida, pero él siempre va y come en su casa.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre hasta le ayuda a fregar.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre le compra ropa sexi para que se meta en la cocina. Así, el juego podría darse a más.
Cuando la mujer cocina bueno, le puede pedir que le cambie el comedor cada seis meses y él lo hará, porque ahí es que se sienta a “matársela” comiendo.
Cuando la mujer cocina bueno, la suegra de ésta, es decir, la madre de él, va menos a la casa, porque su hijo está bien atendido.
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre es más dominguero.
Cuando la mujer cocina bueno, ésta se mantiene más rebajadita, pues quema más calorías en la cocina.
Cuando la mujer cocina bueno, ella va adonde él le da a probar, y cuando ella se voltea, él le da una nalgadita diciéndole: ¡ajo, mami, que rico está eso!
Cuando la mujer cocina bueno, el hombre le cambia la cocina a cada rato. ¿Pero quién le va a cambiar estufa, nevera, microondas, licuadora, etc., a una mujer que lo está matando a plazo con la comida?
Cuando una mujer cocina bueno, el hombre la llama por teléfono y le dice: Mami, ¿qué me tienes para hoy, aparte de cuchi cuchi?
Mujeres, volteen todo lo arriba expuesto, es decir, si la mujer no sabe cocinar, todo eso provoca situaciones contrarias a las que hemos planteado. Así que, a aprender a cocinar bueno, y verán a sus maridos rendidos a sus pies.
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